Revista de Investigación Científica y Tecnológica Alpha Centauri
Introducción
En el sureste asiático, específicamente en Camboya, los
incidentes viales son un problema importante,
convirtiéndose en la principal causa de muerte entre los
jóvenes en esa área. A pesar de los esfuerzos y campañas
dirigidos a promover la seguridad en las carreteras y
reducir las tasas de mortalidad, las estadísticas continúan
siendo alarmantes. Se cree que aproximadamente el 70%
de los accidentes en países como Tailandia, Laos y
Camboya afectan a motocicletas y vehículos de tres ruedas.
Curiosamente, todavía no existe una estructura reguladora
sólida para este tipo de transporte. La velocidad excesiva
es un problema importante porque se ha descubierto que es
el principal factor de colisiones mortales en estas carreteras
(Kitamura et al., 2018).
En cuanto a América Latina, el número medio de víctimas
mortales por accidentes de tráfico varía significativamente,
con una media de 16,1 por cada 100.000 habitantes. Existen
algunas diferencias notables entre los países analizados.
Por ejemplo, las tasas de 12,6 víctimas mortales por cada
100.000 habitantes se encuentran en Chile y Argentina, y
otras naciones del Cono Sur muestran patrones
comparables. En comparación con otras naciones de la
región, Venezuela exhibe una tasa de mortalidad mucho
más elevada, de 37,2 por cada 100.000 habitantes.
Argentina respondió promulgando la Ley 24788, destinada
a proteger a los niños y combatir la embriaguez. (Celleri et
al., 2021).
Por otro lado, Ecuador enfrenta una problemática creciente
en cuanto a accidentes de tráfico, con consecuencias en
términos de lesiones personales y daños materiales. Las
grandes ciudades han implantado sistemas de vigilancia de
los automóviles en un esfuerzo por reducir el número de
accidentes. Pero tanto peatones como conductores siguen
representando una amenaza constante por su imprudencia.
(Oñate, 2021).
A nivel nacional, la ciudad de Lima exhibe una alta
vulnerabilidad en este aspecto. En el año 2016, representó
más del 50 % de los incidentes de tráfico del país,
alcanzando un preocupante 55,2 %. Esto no sólo llama la
atención sobre los problemas de planificación urbana y
movilidad, sino que también pone de relieve lo urgente que
es concienciar a la población local
sobre la necesidad de unos hábitos de conducción más
seguros. Es imperativo subrayar que estos accidentes no
sólo figuran entre las 20 primeras causas de muerte, sino
que también tienen una influencia significativa en las
esferas social, emocional y económica, además, el hecho
de que el 64% de estos incidentes se produjeran en zonas
metropolitanas pone de relieve la necesidad de evaluar y
mejorar las infraestructuras de transporte en diversas
localidades rurales, incluidos los programas de educación
vial para peatones y automóviles, así como la señalización
(Carmona et al., 2018).
Cabe mencionar la existencia de entidades viales locales en
cada una de las provincias de la zona de Huancavelica a
nivel regional. Por otro lado, es evidente que las
autoridades carecen de un plan claro o de consenso
respecto a la distribución de los fondos necesarios para
poner en marcha medidas eficaces de prevención de
accidentes de tráfico en la zona. La inadecuada gestión de
la seguridad vial es el resultado de esta falta de cooperación
y concertación en el sector, cabe destacar que en 2020 se
tomaron medidas para resolver este problema, incluida la
adquisición de equipos para mejorar y mantener las
carreteras de la zona. A pesar de estas iniciativas
preliminares, sigue siendo necesario contar con una
administración regional más eficiente y bien coordinada
para abordar plenamente la seguridad vial (Miranda, 2021).
En esta situación, a nivel local, la seguridad vial en la
carretera Huancayo-Huancavelica plantea una
problemática seria y preocupante, representando un riesgo
real para conductores y pasajeros. Las posibles causas de
esta situación incluyen el mal estado de las carreteras, la
falta de presupuesto para su mantenimiento, la percepción
de una aplicación ineficiente de las normativas, la escasa
cultura en seguridad vial, el exceso de velocidad y el
incumplimiento de las reglas. Si las dificultades son
permanentes, es probable que aumente el número de
accidentes en dicha carretera, lo que resultaría en más
lesiones y muertes. Esto afectaría a muchas facetas de la
vida diaria y tendría graves repercusiones para el gobierno
local y la comunidad. Por lo tanto, estas cuestiones pueden
tener un impacto negativo en la salud del público en
general, así como en los recursos del sistema de salud de la
comunidad. También pueden poner una carga financiera
significativa en las personas, que pueden entonces prestar
dinero para pagar sus facturas médicas, poniendo en
peligro su bienestar general y la estabilidad financiera.
En un esfuerzo por concienciar sobre el estado de la
seguridad vial, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
acuñó la frase "La seguridad vial no es accidental" en 2004
con motivo del Día Mundial de la Salud, con una cifra
estimada de 1,2 millones de víctimas mortales y 35
millones de víctimas no mortales al año, las colisiones
viales son consideradas por la OMS una epidemia mundial.
Es crucial recordar que el número total de víctimas se
multiplica, sobre todo en el caso de las personas que tienen
familias que mantener, y no es sólo el total de estas dos
cifras, se calcula que los accidentes de tráfico causaron
daños económicos por valor de 518.000 millones de
dólares, lo que supone entre el 1% y el 3% del producto